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Conoce los altares del día de muertos en Morelos

Es una de nuestras más bellas tradiciones que tenemos como mexicanos, la celebración del Día de Muertos lleva  miles de años y está llena de colores, sabores, olores y creencias que nos definen como una cultura rica en tradición y respeto por nuestros antepasados, así ha sido desde tiempos prehispánicos hasta nuestros días y  que recientemente se ha abierto una ventana al mundo con películas como “Coco” de Disney Pixar o como el macro desfile de la Ciudad de México que de hecho se tomó como idea de una película del 007; gracias a estas producciones cinematográficas, la celebración del día de muertos en México se ha dado a conocer en todo el mundo, sin embargo como mexicanos sabemos que esta tradición tiene un significado más profundo y que cada región la celebra de manera muy particular.

Aquí en Morelos, de norte a sur, se celebra el día de muertos y es una de las festividades principales en algunos municipios, los cuales se distinguen porque cuentan con peculiaridades que hacen que esta celebración sea aún más entrañable para los visitantes que gustan viajar para conocer nuestro Estado en estas fechas tan especiales. 

 

COATETELCO

Este pueblo de tradiciones que vienen de nuestros antepasados prehispánicos y que los indígenas de la región han conservado hasta nuestros días, aunque actualmente fusionada con otros aspectos de cultura moderna, algunas personas aún siguen conservando la manera original de montar sus ofrendas llamadas ofrendas colgantes o Huatlapechtle, que consiste en armar la ofrenda en una cama hecha de carrizos o acahuales que son tallos de los girasoles, cubierta con grandes hojas de plátano, así es como se forma una especie de mesa colgante, hecha de esta manera porque en tiempos antiguos no había mesas, ni sillas, ni bases, por lo que era la forma de proteger los alimentos que se colocan en la ofrenda de los animales. Las personas de Coatetelco, inician con los preparativos del día de muertos desde meses antes, incluso existe la tradición de ir al panteón el 29 de septiembre cuando se celebra que San Miguel Arcángel libra una batalla con el demonio para defender las almas de los seres humanos de sus garras, esta fecha es tradición llevar a las tumbas elotes tiernos, flores de cempasúchil, tamales, etc. y quedarse a convivir y platicar con los muertitos. Pero el día que se coloca la ofrenda es el 31 de octubre, que es cuando se reciben las almas de los menores de 15 años y la ofrenda de los ”grandes” o adultos es el 1 de noviembre, como lo es en todo México.

Todo lo que se pone en la ofrenda debe ser nuevo, es decir las ollas de barro donde se sirve el mole verde con pollo, los jarros donde se sirve el agua, todo eso debe ser nuevo, ya que las almas vienen atraídas por el olor del barro, las flores, el olor de la comida. En las ofrendas de los difuntos chiquitos se debe de poner 12 platos con mole, 12 jarros con chocolate con agua, 12 panes, además de frutas, elotes, tablillas de chocolate criollo, dulce de calabaza, agua y sal,  además 6 floreros de barro en cada esquina y alrededor de la ofrenda que contienen flores de cempasúchil y una vela cada uno, los cuales representan los 4 puntos cardinales, más el cielo y la tierra. La ofrenda de los mayores es similar, todo debe ser nuevo también, pero en ésta se agregan algunos de los gustitos que tenían los ahora difuntos, como cigarros, bebidas alcohólicas como aguardiente, refresco, etc. Para ambas ofrendas se hace un pequeño ritual a manera de bienvenida a los difuntos, paseando un sahumerio con incienso de copal el cual se coloca en la ofrenda, ya que además también están representados los 4 elementos de la naturaleza, con el humo del incienso se representa el aire, el agua está en lo que se sirve en los jarros, el fuego de las veladoras y la tierra de todo lo que se coloca que viene de ella y el barro mismo y por último para guiar a las almas de los difuntos a la ofrenda, se hace un camino de pétalos de cempasúchil, ya que con color amarillo intenso y el olor de las flores las almas no se pierden y así podrán llegar donde se les ha preparado todo con mucho cariño y fe, esperando su visita de esta manera todos los años.

 

OCOTEPEC

Las fiestas del día de muertos en Ocotepec son tan particulares y especiales que han quedado inscritas en la lista representativa del patrimonio inmaterial inscrito ante la UNESCO por guardar esta tradición con orgullo y dedicación por tantos años. En este poblado perteneciente al municipio de Cuernavaca, las celebraciones comienzan desde principios del mes de octubre y una semana antes al 31 de octubre se celebra un novenario donde se les reza a los familiares que se han ido, además de que se va al cementerio para arreglar sus tumbas, pintarlas y darles mantenimiento para que luzcan muy bonitas para las principales fechas.

En el pueblo se tiene la costumbre de que cada vez que una persona fallece se repican las campanas de la iglesia, así todo mundo sabe que alguien del pueblo se ha ido, y es por eso que las ofrendas llamadas “nuevas” son de los difuntos que fallecieron en ese mismo año donde la tradición consiste en que los familiares montan una ofrenda de cuerpo presente, esto quiere decir que en una mesa simulan el cuerpo del difunto como si lo estuvieran velando, esta representación del cuerpo está hecha con muchos plátanos y pan de muerto, después este montículo  es cubierto con un mantel blanco y por encima se coloca ropa nueva para el difunto, incluyendo los zapatos y para la cabeza se coloca una calavera hecha de azúcar o de cualquier otro material a la cual se le coloca un sombrero o reboso según sea el caso, y alrededor del cuerpo se coloca fruta de temporada, la comida favorita del difunto, usualmente se pone mole verde con un pollo entero, tamales, bebidas, dulces, y todos los gustos que tenía, así como sal, agua, incienso, flores de cempasúchil, papel picado y la foto del difunto, todo lo que se agrega a la ofrenda debe ser nuevo, las ollas, los jarritos, etc. Las familias donde se colocan las ofrendas nuevas abren sus puertas a todos los visitantes que quieran pasar y se les ofrece comida: tamales, pan, café o ponche, a cambio de una vela o cera de ahí el nombre de las “cereadas”, que es como los habitantes del pueblo llaman a esta tradición, que significa que al llevar la vela ofreces luz para el difunto.

Como en todo México el 31 está dedicado para los muertos chiquitos y el 1ro de noviembre es para los muertos adultos. Te recomendamos que para visitar estas ofrendas lleves un jarrito de barro o vaso de reúso para evitar consumir vasos de plástico o unicel y que las personas te puedan servir ahí tu café o ponche. 

Para la mañana del 2 de noviembre se acostumbra ir al panteón con todas las ceras que se recolectaron de la noche anterior, así como las flores para adornar las tumbas, después se celebra una misa para despedir a las almas que nos visitaron. Después de eso las familias regresan a sus casas a repartir todo lo de la ofrenda, con sus seres cercanos y familiares, ya que se dice que no se puede quedar nada para que los difuntos no se vayan cargando cosas.

Al pueblo puedes llegar desde el 31 de octubre a medio día y visitar los puestos de alrededor donde se vende todo lo necesario para montar una ofrenda, desde las flores, los sahumerios para el incienso las ollas, aquí también puedes adquirir tus jarritos y las velas para llevar a las ofrendas.

 

TETELA DEL VOLCÁN

En este lugar la celebración del día de muertos va más allá de los altares que también se ponen en todas las casas, escuelas y negocios. Aquí la celebración sale a las calles en un desfile con el baile de los Huehuenches, donde los mismos pobladores se disfrazan con ropas, máscaras, sombreros, representando algún difunto, ya sea de algún personaje famoso o algún familiar, ataviados con algún objeto representativo que el difunto usaba en vida, así se puede ver, a panaderos, campesinos, leñadores, etc. Así la famosa “Huehuenchada” se ha conservado como una tradición desde muchos años cuidando de que no se mezcle o se confunda con otras celebraciones de disfraces de halloween. 

Esta celebración es más un homenaje a los seres que han partido que una celebración a la muerte, es una forma de recordar que cada año nos podemos reunir con nuestros seres queridos bailando al ritmo de Acapulco Tropical.

Sin embargo las celebraciones inician desde el 28 de octubre donde se recuerdan a los difuntos que murieron en accidentes o de formas no naturales, el altar se pone desde este día y puedes ver caminos hechos de pétalos de cempasúchil que guían a los muertos al altar. Para el 31 de octubre se esperan a los difuntos niños, aquí los altares también se llenan de dulces y juguetes y para el 1 de noviembre se esperan a los difuntos adultos, con todo lo que lleva el altar tradicional, como el mole, los cigarros, la bebida, los panes, tamales, flores, velas, etc. El 2 de noviembre es la fiesta grande donde se marcha hacia el panteón a cubrir las tumbas con flores y veladoras, para despedir a los seres queridos que regresan al más allá.

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