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Comida prehispánica en Tepoztlán: Herencia de nuestros ancestros. Más allá de los itacates y las gorditas

Cuando pensamos en Tepoztlán y su deliciosa gastronomía, no podemos evitar saborear un delicioso itacate de requesón, una gordita de chales, una cecina con guacamole, una quesadilla (¿de  queso?) o una humeante pancita, ¿cierto? 

Sin embargo, existe algo más allá de la tradicional garnacha que conocemos en la actualidad; se trata de una especie de gastronomía excepcional, herencia de nuestros ancestros, que nos recuerda nuestras raíces y como una máquina del tiempo, nos transporta a la antigua era a través de fusiones de sabores silvestres y auténticos. Se trata de la comida prehispánica.  

En la antigüedad, nuestros ancestros tenían una filosofía de la alimentación muy diferente a la que tenemos ahora, ellos eran muy conscientes de cada elemento que constituía su platillo, sabían exactamente qué comían y porqué lo comían.

Alimentarse, era mucho más que satisfacer al paladar o saciar el hambre; la preparación de los alimentos debía implicar una especie de agradecimiento a los dioses y la madre tierra por proveerlos; a la lluvia se agradecía por los alimentos húmedos y al sol por los secos. 

La comida prehispánica representaba una filosofía de vida y cada bocado, los adentraba en un viaje en donde nuestros ancestros se encontraban a sí mismos. ¿Recuerdas la escena de Ratatouille en donde Ego probó el platillo de Remy? Pues es algo más o menos así... una experiencia que aún en la actualidad puedes vivir en el pueblo mágico de Tepoztlán, Morelos. 

Este maravilloso pueblo, te ofrece la gastronomía cultural del México antiguo y profundo, aquel que no necesita de estufas ni hornos, porque un molcajete, un metate y una olla de barro, son más que suficiente.

Si visitas Tepoztlán y te gustaría adentrarte en el viaje gastronómico de la cocina prehispánica, definitivamente no te puedes perder los platillos más populares que a continuación te compartiremos; en su mayoría son vegetarianos, ya que sus ingrediente principales son los vegetales, los tallos, las hierbas de montaña, las flores de campo, los hongos, el maiz, los granos, los insectos y las semillas.

 

Tlaltequeadas

Sin duda uno de los platillos preferidos de la cocina azteca. Las tlaltequeadas son una especie de tortitas de vegetales que pueden ser dulces, saladas o una combinación de ambos. Usualmente se preparan a base de pinole, chía, alpiste o amaranto y los sabores son tan infinitos como la madre naturaleza lo provea. Puedes encontrar tlaltequeadas de hongos, guajes, chiles, epazote, jícama, arándanos, plátano… hasta sabores más peculiares para los más curiosos y valientes como flor de jamaica, pétalos de rosa, menta, hongo de cazahuate, alache (planta comestible que crece como maleza), quelites, insectos, flores silvestres, chilacayote, chichihuas, quintoniles y ¡hasta mezcal! Además se sirven con salsas que seguro te sorprenderán, como la salsa de tuna, piña-limón, yepatleache (frijol de campo de la abundancia) o amaranto. Este platillo podrás encontrarlo en diversos negocios locales de Tepoztlán, desde restaurantes hasta puestos a pie de calle. 

 

Caldos | Quilis

Aunque un caldo suene como un alimento convencional, los caldos prehispánicos son muy distintos a los que consumimos normalmente. Los caldos eran el platillo más espiritual de todos, incluso, se preparaban y se bebían frente a los altares construidos en honor a los Dioses para agradecer. Los quilis están hechos con una gran variedad de ingredientes y combinaciones, entre los cuales podemos encontrar: hongos, epazote, epazote morado, huitlacoche, frijoles negros, nopales, calabaza, flores, chilacayote, amaranto y hongos azules. También suelen llevar corazones de calabaza y de otros vegetales; se dice que los corazones tiernos de las verduras en los caldos, llegan a tener un efecto afrodisíaco. ¿Listo para disfrutar un exquisito Quilis en Tepoztlán?

 

Chapulines

La comida prehispánica se caracteriza por ser en su mayoría vegetal, por esta razón es una gran aliada para los vegetarianos y veganos, sin embargo, nuestros ancestros también incluían proteínas como insectos en su dieta, una de sus preferidas, eran los chapulines. Hoy en día, los chapulines son uno de los alimentos tradicionales que no pueden faltar en los platillos prehispánicos. Una de las razones por las que son tan populares, es por su versatilidad. Se sirven en quesadillas, tacos, tacos acorazados y hasta en chicharrón de chapulín. No cualquiera se anima a probar un platillo de chapulines, pero la magia de Tepoztlán te envolverá y seguro te convencerá de hacerlo. 

 

Conejo

En la antigüedad, nuestros ancestros no consumían las mismas proteínas que consumimos actualmente. Antes de la conquista, la res, el cerdo y el pollo, no eran conocidos. Entre los alimentos carnívoros más comunes se encontraban:  armadillo, ayotochtli, coyamel (un tipo de jabalí), cuachochoco (gacela de pequeños cuernos), iguana, pizote o tejón mexicano, tepezcuintle, tlacuache, zarigüeya, mazate (un tipo de ciervo o venado), epate o zorrillo, xoloitzcuintle… y por supuesto, el conejo. En Tepoztlán podrás encontrar una gran variedad de preparaciones de conejo, sobre todo en restaurantes especializados en este tipo de comida; los favoritos son el conejo en salsa de semillas o a los 7 chiles. ¿Te animarías a probarlo? 

 

Ahora que ya sabes que Tepoztlán tiene platillos que van más allá de lo que conocíamos o creíamos, es momento de alistar tu mochila o maleta y disfrutar de la maravillosa experiencia que te ofrece la gastronomía prehispánica de este hermoso pueblo mágico.

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