El barro de Cuentepec | Manos mágicas que transforman la tierra
El barro de Cuentepec | Manos mágicas que transforman la tierra
Un camino largo de terracería, entre montañas y piedras, flores y plantas... es el recorrido que se camina a pie para ir a traer la tierra que servirá para que las manos mágicas de las mujeres de Cuentepec transformen la tierra en barro y el barro en sueños plasmados en figuras de animales, ollas y comales.
Un pueblo donde la mayoría habla aún en Náhuatl, lengua indígena ancestral que gracias a la tradición de boca en boca, aún se conserva aquí, pero que poco a poco se va perdiendo en las nuevas generaciones.
Mientras los hombres salen a cultivar la tierra y otros se dedican hacer “chiquihuites”, que son canastos de mimbre o de carrizo sin asas, las mujeres se quedan en casa a atender a los niños, hacer las tortillas y preparar la comida. Sin embargo, a otras tantas les gusta trabajar el barro, a pesar de que el proceso es pesado y largo, hay generaciones de familias que se han dedicado a esto y que de esto mismo es cómo mantienen a sus hijos y obtienen recursos para sobrevivir.
La jornada inicia muy temprano, desde las 6 de la mañana las mujeres ya están en camino hacia los cerros de donde obtienen el barro, algunas traen tierra de 3 lugares diferentes para hacer sus combinaciones, caminan largas veredas, con cubetas, barretas de metal y costales a cuestas, ya que son sus instrumentos para sacar el polvo de los cerros, de donde más tarde serán moldeados sueños y esperanzas en forma de cazuelas, jarrones con animalitos, ceniceros y demás.
Una vez que cortan los trozos de tierra seca de los cerros con sus barretas y palas, la golpean con una piedra para separarla y afinarla un poco, sin embargo aún es demasiado gruesa, por lo que después se cierne con el costal para que se haga un polvo muy fino que parece harina; y así, una vez que se llenan las cubetas, se emprende el camino de regreso a sus casas, con el cargamento al hombro, acompañadas de sus perros que van detrás.
Esto lleva casi la mitad del día, pero una vez en casa y después de comer, se disponen a empezar el ritual de transformación, donde el polvo que proviene de tres cerros diferentes se mezcla y se le va echando poco a poco agua, hasta obtener una masa como de pan, se debe amasar por un buen tiempo, para que tome consistencia y sea una masa homogénea.
De ahí todo es imaginación, creatividad, sueños que nacen a través de las manos de estas alfareras, cántaros, ollitas con cabezas de aves, figuras humanas abrazadas que simbolizan la familia, jarras, cazuelas y cualquier utensilio que podemos usar en nuestra cocina y que venden posteriormente en las plazas o mercados.
Una vez que se seca la pieza, lo cual tarda alrededor de un día, se pule con una piedra como cuarzo (dependiendo la forma) y se mete al horno en la misma tierra con leña para que luego de un buen tiempo, salga a la luz una nueva obra maestra. Cuentepec que su nombre significa, "lugar rodeado de piedras", pertenece al municipio de Temixco y está a tan solo unos 47 minutos de la ciudad de Cuernavaca.
Encuentra aquí los mejores lugares para comprar artesanías. Y para admirar más sobre las manos mágicas de los artesanos de Morelos, te recomendamos visitar el Museo de Arte Popular.